La Sencillez ¿nace o se hace?.


La frase (Mario San Miguel): 
"Es sencillo ser feliz, lo difícil es ser sencillo."

Hay miles de estudios, de instituciones, de profesionales, de métodos, ..pero sobre todo, de vivencias que nos indican con claridad el camino de la felicidad.

Las personas no somos felices por tenerlo todo,
sino por saber apreciar lo que tenemos
.

Vemos a gente de cualquier condición llenas de tristeza, de amargura, de soledad. Apáticas, sin alma. Afrontando cada día con desilusión y abatimiento, para lo que recurren, en muchos casos, a alternativas poco saludables que modifique su estado de ánimo y les haga olvidar o menospreciar la realidad en la que viven.

Otros, simplemente, optan por renunciar a las responsabilidades y dejarse acunar por un estado de letargo, donde tengan que ser los demás los que "tiren del carro".

Los que pueden, -porque tienen-, se dedican a camuflar su frustración a través de lo material. Se llenan de cosas que le dan una imagen de poder y de solvencia. Incluso, son capaces de dar nombre a alguna institución, donar fortunas o hacer macro fiestas, con tal de intentar llenar el inmenso vacío que sienten. 

Otros recurren a la violencia o al abuso de poder. A la mentira, a la manipulación, a la hipocresía. Otros, simplemente, a dar pena. 

Hay quienes se dejan llevar por donde los demás quieren, -que casi nunca coincide con el camino correcto-, viviendo con ello una vida que no es la de uno. Experiencias que nada tienen que ver con lo que uno siente en realidad. 

Otros, tienen el objetivo tan adelante, que el presente es una eterna excusa llena de insuficiencias, haciendo que siempre se esté corriendo por dar pasos futuros, perdiéndose las lecciones diarias que les brindaría la oportunidad de un equilibrio. Sin embargo, otros viven en el pasado, negándose a vivir el presente y sin pasión alguna por el futuro. 

Y así, podríamos seguir y ver millones de casos, donde la felicidad se niega a brotar o subsistir, por el simple hecho de no saber ser uno mismo. Pero, donde la raíz del problema siempre va a ser la misma: Insatisfacción. 

Parece que nadie puede escapar de ella. Y lo cierto, es que así es. Porque la vida la hacemos entre todos, y a todos nos atañe -o debería- el bienestar del resto. 

La felicidad va más allá de la aglutinación de sensaciones satisfactorias. Es una forma de vida, que engloba un tipo de pensamiento y actitud en el día a día, basado en un carácter afectuoso, trabajador y responsable, que hace que nos sintamos llenos y orgullosos en todo momento de lo que somos

Dicen, que hay que tener cuidado con lo que se piensa, porque son tus pensamientos los que controlan tu vida.

Me gustaría ir más allá, y decir, que son nuestros sentimientos los que nos hacen pensar de una u otra manera, para después, actuar acorde a ellos. 

Así, que el objetivo principal a conseguir, tendría que ser el de Aprender a Sentir. 

De hecho, fijaros hasta qué punto es importante, que la propia Naturaleza ya nos lo enseña desde el nacimiento. Un bebé en el vientre de su madre capta todo lo que su progenitora siente y padece. 

Este es su primer contacto con la Vida exterior, y durante nueve meses son las lecciones de vida que recibe. Para cuando nace, su mente ya tiene una composición básica de cómo asimilar el nuevo mundo, sin poderlo remediar. Y tampoco es que tenga que hacerlo, porque de eso se trata: Preparación. Por esto habría que pensar en qué tipo de enseñanzas o aprendizaje le vamos a dar, ya que no van a estar basadas en sus propias experiencias, sino en las de su madre. A lo que no se le puede restar importancia, ya que hablamos de sensaciones y emociones profundas. Porque, uno podrá 'engañar' al mundo, pero no al ser que lleva dentro. Toda percepción, en la magnitud y calidad que sea, la recibe el bebé "de primera mano". Tal es así, que recibe hasta aquellas sensaciones que la madre no se percata, pero que se dan de manera involuntaria, pasando desapercibidas en su pensamiento, (entretenido en otra cosa), pero no para el bebé. Donde su cerebro está completamente concentrado y sumido en su pleno desarrollo. 

Por tanto, el equilibrio personal que las personas atesoran, va a influir directa y profundamente, en el sentir del bebé. Hasta tal punto, que podríamos decir que se queda grabado en su ADN o "mapa mental". 

Es decir, el niño va a filtrar toda información recibida durante toda la vida, en su mayor parte, por esta 'herencia' mental recibida a través del Sentir. Y ya que somos lo que sentimos, (siento - pienso - actúo), no estaría de más decir, que el encuentro de un Equilibrio Mental, Físico y Espiritual, debería ser una responsabilidad a tomar más allá de nuestro propio beneficio, ya que atañe directamente al futuro del nuevo ser. 

Aprender a Sentir debería estar ligado a la educación, los valores y la cultura social durante toda la existencia Humana. De hecho, la falta de ética y cordura que padecemos, indica lo incivilizados que somos. Y lo peor, que no tiene 'pinta' de que vaya a mejorar. 

La genética influye mucho. Las propias experiencias, también. Pero, el carácter primigenio e innato, a la hora de dar respuesta a nuestros propios impulsos internos, (y que solo nosotros conocemos), viene dada por la calidad de nuestros sentimientos más puros y profundos. Aquellos que nos hacen percibir la vida de una u otra manera y, por tanto, dar la respuesta -acertada o no- que nos define por dentro y por fuera. Proporcionando así, una paz determinada, pero, aun tiempo, predestinada

El reto está en formar una sociedad con valores y una educación sana, que nos permita vivir en paz y en plena armonía con la Vida. Porque, morirnos nos vamos a morir igual. Pero poder vivir con paz o con guerra, es lo que marca la calidad y bienestar de nuestra vida, individual y colectiva


¡Paz  para todos y calidad de sentimientos!.

Un abrazo. 

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