Sociedad: "Los valores que no se pierdan"
Carta seleccionada por el XLSemanal de este Domingo, 30/09/12,
en su sección "Carta de los Lectores".
Y después de leer esta interesante carta, es curioso como en un par de páginas más adelante, donde viene el artículo del periodista Juan Manuel de Prada, "Como ave para volar", encuentro justo lo que viene a definir mi sentir con respecto a este tema. Y que dice:
"Toda empresa en las que participen personas que no la sientan como propia está condenada al fracaso. El hombre necesita amar lo que hace".
Pues creo que Paloma, en su carta, tiene mucha razón, hay que ser tenaz, responsable y luchar por todos esos nobles valores que nos hacen crecer y ayudan a alcanzar un futuro mejor. El futuro de todos. Pero eso lo llevo haciendo (en mi caso) veinticinco años, y seguro que si mi cuerpo resiste y el trabajo no falta, seguiré empeñado en seguir por ese camino. Y como yo, la mayoría de la gente. Lo malo es que si la empresa para la que trabajamos todos los ciudadanos -llamada España; al menos por ahora- se comporta de manera deshonesta, arbitraria, injusta, .. Donde la manipulación, la corrupción, el engaño, el compadreo, el despilfarro y las diferencias marcan la pauta, haciendo que nos vayamos al traste una vez tras otra .., pues me resulta realmente difícil y complicado tener ilusión y un ánimo fuerte para luchar por ella. Y más, cuando ves a los abuelos sufriendo por el futuro de sus hijos y nietos. A padres tragándose el orgullo, intentando mantener la dignidad y sobreponerse en lo posible para sacar a su familia adelante con todo el sacrificio del mundo. Eso, el que aún puede, porque a muchos ya la sociedad los considera mayores y desfasados para un sistema que se quiere mover con otro sentido; o el que no, porque ha terminado desquiciado del todo. A unos hijos, que viendo todo esto, se sienten engañados, traicionados y perdidos, a la espera de un contrato deprimente y un futuro económico difícil. Y al resto de ciudadanos, entre nos encontramos tanto Paloma como yo mismo, obligándonos voluntariamente a trabajar con ahínco, tesón y la mejor de las voluntades, no por el sistema, sino por los que nos rodean. Los cuales, familiares o no, son muchos los que lo están pasando muy mal y merecerían una posición mejor. Su sentir es el nuestro, y su reflejo puede ser el de cualquiera en cualquier momento. Nadie está a salvo. Y todo, porque hay que rescatar a esta "mamá" empresa y al "papá" banca, por su mala gestión .. ¿Qué digo gestión?; por el agravio que nos han impuesto con su mala praxis, que nos condena a todos a vivir al borde de un precipicio constantemente.
Así que con todo esto, y viendo como se lo "montan", se hace muy cuesta arriba el participar, y ya no digo "amar lo que haces". A lo más que llegas es a levantarte cada día y cumplir con tus obligaciones, intentando no pensar demasiado, porque sino, cada minuto se convierte en un enemigo a batir, en un cuchillo que te quiere atravesar el alma, en un dolor constante que te cambia el humor y no deja respirar. Pero, por suerte, la Vida es más, muchísimo más que esta condenada situación por la que nos hacen pasar. Que afecta, y de qué manera, pero en la que sólo nos faltaba disculpar y apoyar a quienes la provocan y siguen día tras día por la misma senda. Eso ya no es de responsables, ni de tesón, ni de vivir en base a unos valores que desde siempre nos han inculcado. No. Eso ya es de tolerantes. Tolerantes porque nos han acostumbrado a serlo muy convenientemente, y eso está mal. Poco a poco hemos perdido identidad, hasta tal punto, de sentirnos culpables y responsables de todo esto. Cuando la realidad es que nunca hemos tenido el poder de tal cosa. Aquí se hace lo que te dejan, y si no, hasta te aconsejan el camino a tomar; y si está mal, y te dejan seguir por ese camino no es por un fallo ni negligencia, sino porque conviene para ese enrevesado sistema que consideran eficaz para la "empresa" y sus aspiraciones. Sí, las de la "empresa", se supone. Aunque, cierto es, que los que salen siempre bien parados en estas aspiraciones son los dirigentes, y al país, pues eso, .. Ya se las apañará, por decirlo educadamente.
Pues, ¿qué queréis que os diga?.. Luchar por ese tipo de aspiraciones y metas es muy triste. Más bien son un lastre que tenemos que arrastrar toda la Vida; al parecer, sin remedio, ya que nos han educado con un arraigo de valores -"¡me cachi en la mar!"- fuertes e inamovibles. Tanto, que preferimos no ver la realidad y luchar hasta el fin. Y a eso apelan y es de lo que se aprovechan. ¡Y vaya que si lo hacen!.
Al parecer la alternativa que siempre se ha utilizado para que cambien las cosas, por desgracia, parece ser la única opción. ...Que pena.
Tan civilizados, tan educados y tan preparados, para que tenga que terminar actuando la fuerza, porque sino se ríen y siguen la tomadura de pelo. ¡Que sin sentido!.
Al parecer la alternativa que siempre se ha utilizado para que cambien las cosas, por desgracia, parece ser la única opción. ...Que pena.
Tan civilizados, tan educados y tan preparados, para que tenga que terminar actuando la fuerza, porque sino se ríen y siguen la tomadura de pelo. ¡Que sin sentido!.
En fin, ¡ánimos para todos!, que lo que tenga que venir, lo hará. Y en cuanto a la suerte .. ¡ésa hay que buscarla, amigos!. Pero no en cualquier parte, ni de cualquier manera, ni a cualquier precio, porque al final se termina pagando.
El camino escogido debe ser el bueno, el honesto, el digno. Pero este camino no se construye solo. Nuestros dirigentes deberían trazarlo antes. Y esto solo es posible cuando sus razones están cargadas de esta clase de valores.
Así que si el camino no es ese, ...ya está todo dicho.
El camino escogido debe ser el bueno, el honesto, el digno. Pero este camino no se construye solo. Nuestros dirigentes deberían trazarlo antes. Y esto solo es posible cuando sus razones están cargadas de esta clase de valores.
Así que si el camino no es ese, ...ya está todo dicho.
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