Superposición (Gato de Schrödinger)
"En física cuántica, este principio dice que todo aquello que es posible está sucediendo simultáneamente. La realidad no está definida sino que es un entresijo de distintas posibilidades. Son múltiples realidades en potencia y es cuando tu decides observarlas cuando una de ellas se define como realidad. A este acto de observar o medir se le llama colapso de la función de onda".
El experimento del gato de Schrödinger o paradoja de Schrödinger, es un experimento imaginario concebido en 1935 por el físico austriaco, Erwin Schrödinger, para exponer una de las interpretaciones más contraintuitivas de la mecánica cuántica.
LA PRUEBA
OBSERVACIONES
Bueno, lo cierto es que este experimento tiene demasiadas versiones: con un veneno líquido, con un gas venenoso, con pólvora, con un tapón radiactivo que puede descomponerse y liberar el veneno (que es este caso); con un átomo, que en su movimiento de subir y bajar, libera o no el gas venenoso; con la radiación de átomos, donde toman un camino u otro, liberando o no el peso de un martillo que rompe el vidrio que contiene el veneno; y no se si habrán más modelos. Eso sin contar que en unos casos el experimento se realiza en una caja, mientras que en otros, en un bunker. Lo que no cambia, al parecer, y para su desgracia, es el gato.
Pero, dejando al lado todo esto, la cuestión se centra en esa capacidad de la "superposición", en cuanto a una posibilidad dual de una realidad diferente en cada caso, existiendo un 50% de probabilidad de que ocurra una cosa u otra. Lo que no puede ser certificado hasta no comprobar in situ el resultado.
Y si bien, "...todo aquello que es posible está sucediendo simultáneamente", pienso que no debería así. La Vida no necesita gastar su energía en crear condiciones que sucedan a la vez. Le basta con "vivir" la que es posible en cada momento y bajo las precisas variables que se dan en concreto.
Eso sí, basta que una sola variable cambie, para que la Vida tome, en ese mismo instante, la posibilidad o realidad que mejor se adapta a las nuevas condiciones. Y esto puede ocurrir de manera instantánea y fugaz, cuantas veces sea necesario. Digamos que es como la jugada que un ordenador cuántico puede adoptar en menos de una nanosegundo, en función de la jugada que adopte su contrincante.
Pues la Vida hace lo mismo, siendo que lo que prima es salvaguardar su propia existencia de la mejor manera posible, en todos y cada uno de los casos que se le planteen.
HECHOS
Para empezar, creo que existen más posibilidades. Es decir, al gato puede morir de un infarto por el estrés. También puede ser él mismo, el que libere el veneno. Puede que arañando la caja, la rompa o abra un agujero y consiga salir, o simplemente, respirar del exterior. Puede que con un simple roce, pequeño golpe o movimiento que el inquieto animal regale al mecanismo o al conjunto, para que algún desajuste salga a la palestra y no funcione como estaba previsto. Cosa que es muy probable, ya que el gato siempre tenderá a moverse como un loco encerrado. Puede, incluso, que por la razón que sea, el veneno no lo mate, sino que altere su condición.
Es decir, si algo nos enseña la Naturaleza, a diario, es que las posibilidades son infinitas, y que por suceder, pueden darse muchos y diferentes escenarios. Ahora bien, hasta cierto punto.
Toda posibilidad final que determina la realidad que se viva, no parte de una simple tirada de dados y a ver qué sale, sino que es el resultado final que se desprende de una esencia verdadera, sin que ninguna otra pueda darse -y por infinitas que existan- hasta que no se modifique el valor de esa esencia primaria y elemental, que da propiedades concretas y define la naturaleza a todo lo que existe.
Dicho esto, la única importancia que le damos a lo que ocurra, viene de la mano de la curiosidad y del control que la raza humana quiere imprimir a la existencia y la creación, donde si no fuera por esas ansias de poder y de dominación que ejercemos, todo quedaría en una mera comprensión de la Vida y el Universo que nos rodea; lo cuál sería una tarea encomiable, ya que permitiría un mayor equilibrio y armonía. Pero esto no es así. De hecho, cuanto mayores datos recabamos y más información manejamos, el sufrimiento del planeta crece. Nos dirigimos cada vez más rápido a la autodestrucción, abocando a todo lo demás con nosotros.
Pero volviendo al 'caso del gato', lo que podemos tener claro, es que solo se podrá dar una sola realidad, (para mí, al menos, no existen universos paralelos, ni universos espejo), siendo que en lo que nos tendríamos que fijar, es en la esencia que realmente domina sobre todas esas circunstancias. Descubriendo esto, podremos fijar, sin lugar a dudas, un resultado acertado.
Esta esencia la marca, sobre todo, las necesidades del momento. La Vida nunca se para, está en permanente estado de cambio y superación para poder seguir existiendo. Ésa es su máxima: "seguir existiendo".
Por tanto, el que hagamos este experimento, solo sirve como entretenimiento para el que lo realiza, pero no como función que la Vida toma para su existencia.
Digamos, que solo cuando las condiciones de la Vida son difíciles y cruciales para su existencia, el resultado final que determina una realidad concreta, siempre irá ligado y encaminado a la superación y existencia. Y esto nunca se va a reflejar en ningún experimento que se haga. Por esto, siempre existirá un porcentaje de probabilidad, donde sólo cuando abrimos la caja, detenemos la posibilidad que estuviera en curso en ese instante, lo que colapsa una realidad concreta. Lo que significa que hemos sido nosotros los que hemos determinado "una voluntad", no haciéndolo la verdadera esencia que la Naturaleza o la Vida querría para si. Aunque, cierto es, que podría darse el caso de que coincidiera, pero es muy improbable, ya que bajo condiciones extremas, la Vida es capaz de evolucionar de manera única. Además, el que abramos la caja, ya es una condición que altera el proceso que se estaba dando, para darse otro, según esa nueva variable.
Hemos de tener en cuenta el comportamiento que la Vida toma como modelo para su desarrollo, porque, en esencia, se basan en un mismo y simple concepto: "elegir la opción o posibilidad que permite guardar el mejor equilibrio con todo lo demás".
Así que lo que prima, no es tomar infinitas posibilidades, sino en encontrar y aplicar aquella que se ajusta a un único principio unificador: "existir por siempre de la mejor manera posible". De ahí, que toda posibilidad, por infinitas que existan y más fáciles de aplicar, sean descartadas.
Así que lo que prima, no es tomar infinitas posibilidades, sino en encontrar y aplicar aquella que se ajusta a un único principio unificador: "existir por siempre de la mejor manera posible". De ahí, que toda posibilidad, por infinitas que existan y más fáciles de aplicar, sean descartadas.
Por ejemplo, el sexo de una persona queda determinado ya en la concepción, aunque su diferenciación se produce entre siete y nueve semanas después.
La naturaleza siempre tiende a crear embriones femeninos. Durante las primeras semanas de la gestación los órganos sexuales del embrión no están aún diferenciados. Cuando un espermatozoide con cromosoma "X" fecunda el óvulo, el proceso diferenciador lleva "por defecto" el desarrollo de un cerebro y órganos genitales femeninos (útero, ovarios, etc.).
Sin embargo, cuando el espermatozoide lleva el cromosoma "Y", éste da una orden específica para que ese proceso natural se altere y comience la formación de los testículos. Estos, a su vez, activan una serie de hormonas (la antimülleriana y la testosterona), que inhiben definitivamente el desarrollo de los genitales y el cerebro femeninos y hacen que el embrión se convierta en varón.
Lo que quiero decir con este ejemplo, es que la Naturaleza no toma atajos, como sí hacemos los humanos, -¡y así nos va!-, sino que se toma la molestia de realizar todos y cada uno de los pasos y procesos que sean necesarios, -como si se tratara de la primera vez-, antes de determinar los ingredientes esenciales que van a configurar la realidad final de lo construido.
Ha sido así desde siempre, dándose los "saltos evolutivos", sólo bajo unas condiciones excepcionales que normalmente no se dan. Se llega a unas condiciones críticas, pero no en cuanto a caóticas y destructivas, sino, a un elevado grado máximo de acumulación de datos precisos y energía, que hace que todo 'estalle' -se descomponga- y vuelva a conformar una estructura "nueva". Existe un antes y un después de un 'salto' que es evidente, pero lo que queda en medio, es tan sutil, como las ondas gravitacionales que se han detectado de la explosión del Big Bang: lógicamente, sabemos que existe un después de esa explosión, y seguro que también uno antes; pero lo que los separa es el rastro de ese suceso. Y estos 'saltos' es algo que se repite en la Creación, donde hay un corte evolutivo, en el que no se encuentra evidencias de conexión entre lo que se descubre hasta un momento, con el que le precede.
Mientras que, por otro lado, la evolución 'típica', se desarrolla realizando pequeños cambios y alteraciones, de los que sí se puede conocer todos sus aspectos, ya que las pruebas que va dejando lo evidencia y atestigua. Que bien que podría hacerlo de manera más simple y práctica, y decir.. (siguiendo el ejemplo anterior) "este embrión lo 'construyo' directamente para un hombre, o para una mujer, ...¿para qué perder tiempo?.
Pero, ¡no!: se toma la molestia de hacer todo tan minuciosa y elaboradamente como siempre lo ha hecho, siendo que, "a su debido tiempo" -en base a la información que va recogiendo y a la necesidad de no debilitarse- decide incorporar aquellos 'ingredientes' o cambios, que su condición para con la Vida necesita. Siendo que estos aspectos esenciales vienen determinados, principalmente, por las condiciones del entorno y la información acumulada por cada partícula: que son la base de todo lo que existe: cada elemento, forma o estructura que conforma la Vida.
Como se suele decir, "lo que bien está, no hay necesidad de cambiarlo".
Al hombre le gusta tomar atajos e invertir el menor tiempo posible cada vez, y es eso no sale gratis. Todo deja mella, y el hacer natural y minucioso de la Vida cambia en base a todo ello. solo hay que ver la cantidad de enfermedades que surgen por el hacer del hombre, el cambio climático, o la salud del propio planeta.
CONCLUSIÓN
Por tanto, lo que determina una realidad final a la superposición cuántica, no van a ser las diferentes posibilidades ni probabilidades que existan, sino que se desprenderá de aquella esencia que da carácter propio al sino y ciclo de Vida.
Esta esencia a la que me refiero, es esa por la cuál, nosotros, por ejemplo, decidimos qué pasos tomar. Da igual la cultura instalada en la sociedad, lo que se nos diga o el que comprendamos la teoría de cada comportar y sus consecuencias, porque nunca haremos caso a nada de eso, solo tomaremos aquella decisión que satisface a nuestro interior. Y ésta solo es una: aquella que emana de nuestros más profundos y arraigados pensamientos internos. Lo que hace que todo lo demás, solo serán conjeturas e incógnitas que el humano aprovecha para acortar tiempos y tirar por la línea recta, lo que no deja de crear caos y debilidad, ya que nada de lo que hacemos, dejamos que se tome el tiempo preciso para su buen desarrollo.
Todo son prisas, y con ellas, procesos que no cuentan con la consistencia ni con las armas necesarias para un crecimiento fuerte y sólido. Ejemplos tenemos muchos; desde utilizar la ciencia para avances tecnológicos que nos proporcionan ciertas ventajas y comodidades, pero que produce demasiados desechos y problemas al planeta, a la rapidez con la que los niños adoptan roles de adolescentes, o peor, de adultos, cuando su mente no está preparada ni para la de comportarse como niño; lo que desata un torrente de sensaciones en su cuerpo y su cerebro, para las que hacen falta unas conexiones y unos procesos determinados, que deberían darse "a su debido tiempo", y no tan a prisa y corriendo.
Por esto digo que la Naturaleza no toma atajos, es siempre minuciosa y va pasito a pasito. Que traducido todo esto al modelo social, podría asegurarse que el caos que reina, en cuanto a falta de rumbo, valores y principios, es producto de esas prisas por crecer y desarrollarse. Lo que, curiosamente, provoca lo contrario: una imposibilidad de evolución.
Siempre me gusta poner el ejemplo de cuando preparamos un guiso, donde no basta con poner los mejores ingredientes, sino que además, es preciso determinar la fuerza calorífica y el tiempo de cocción. Si esto falla, nunca el resultado será el óptimo. Pues para el desarrollo y la evolución de la Vida, ocurre exactamente lo mismo.
Deberíamos aprender a respetar los tiempos de todo proceso, y seguro que así, el equilibrio y la armonía tomaría forma, retomándose los procesos de una evolución que quedó estancada desde el preciso instante en el que comenzamos a manipular su sino y su carácter.
By Redevi
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