El perdón es una semilla

Todos nos necesitamos

No hay alegría mayor, que ayudarnos a ser mejores personas

Cambiar de mentalidad es tan difícil, como poder perdonarlo todo. Pero sin eso, es imposible llegar a sembrar el bien; siendo que todos somos los que perdemos.

Se puede afirmar, ya para empezar, que eso es lo más difícil de hacer. Y es por ello que el bien no es algo común y cotidiano de ver. Lo contrario, la maldad, sí que le resulta más fácil el existir y el crecer. Es lógico. Pero no por ello, debemos pensar que es imposible sembrar el bien. Sólo es muy difícil de conseguir. Y de hacerlo posible, se convertiría en la mayor alegría que pudiéramos sentir jamás.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 15, 1-10

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:

«Ese acoge a los pecadores y come con ellos».

Jesús les dijo esta parábola:

«¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice:

“¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”.

Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.

O ¿qué mujer que tiene diez monedas, si se le pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas y les dice:

“Alegraos conmigo!, he encontrado la moneda que se me había perdido”.

Os digo que la misma alegría tendrán los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».

/> ¿Quién deja y lo da todo, para rescatar el bien y lo bueno que pueda haber dentro de quien no quiere ser rescatado ni dar lo bueno que pueda tener en su interior?.

Para esto hay que estar llenos de una generosidad y una bondad inmensa.
Para esto se debe estar dispuestos a perdonar todo. Porque si no es así, nadie va a estar dispuesto a cambiar.

Para el que saca lo bueno y puro que lleva en su interior, le es más fácil el hacerlo, porque esa es su manera de entender la vida y el cometido que tiene en ella. Cree en eso fervientemente, y de ahí que su generosidad y bondad sean tan grandes.

Sin embargo, para el que no entiende la vida de esa manera, y su única preocupación es la de hacer todo como mejor le conviene, resulta muy difícil, casi imposible, el cambiar de mentalidad.

Se es consciente del desagrado que se genera en los demás, pero no lo del porqué de ello. Y es ahí donde las personas buenas han de trabajar, que para eso conocen, no solo el porqué de ese desagrado, sino del beneficio que supone el ser buenas personas y creer en el bien.

Por esto, es que tiene mucho más mérito el cambio que alguien pueda experimentar para hacerse mejor persona, que el que ya lo es de por sí.

La persona que consigue el valor y el esfuerzo para cambiar, es como la oveja que se ha perdido, y que el pastor ha ido a buscarla dejando al resto de la manada, y festejando que la encontrado con todos los que le rodean.

Este es el espíritu que toda persona buena y generosa debería poner en práctica, porque por una sola vida que pudiera ayudar a cambiar "para bien", sería como el mayor regalo que podría recibir.

¿Somos lo bastante buenos y generosos, como para perdonarlo todo y persistir en la idea de que el amor es capaz de todo?.

Imagen: NguyenHuuThienVietNam (Px)

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