El negocio de la Fe
Preguntas hay muchas, aunque las respuestas no creo que sirvan de ayuda a la hora de la práctica.
De todas formas, en definitiva, no entiendo como una iglesia que venera a un Jesucristo humilde, bondadoso y que rechaza todo tipo de mercadería en los templos destinados a enaltecer y adorar a Dios, es ejemplo de todo lo contrario. Donde las riquezas, los negocios, el poder y la ambición, (entre otras muchas barbaridades), son de lo más normal.
Sirva de ejemplo, (y como más reciente), la vivienda del expresidente de la Conferencia Episcopal Española y exarzobispo de Madrid, Rouco Varela. Un ático de 1'2 millones de euros, exento de IBI y heredado de un particular.
[...] La ley de Haciendas Locales y los acuerdos con la Santa Sede eximen a los inmuebles de la Iglesia a pagar el IBI y el impuesto de obras.
Un piso de estas características, 359 metros cuadrados y construido en 1959, pagaría entre 3.500 y 4.000 euros en el recibo anual de IBI.
Para que el exarzobispo de Madrid se mude allí, cuatro sacerdotes han tenido que dejar la casa y trasladarse a otra vivienda.
[...] La ley de Haciendas Locales y los acuerdos con la Santa Sede eximen a los inmuebles de la Iglesia a pagar el IBI y el impuesto de obras.
Un piso de estas características, 359 metros cuadrados y construido en 1959, pagaría entre 3.500 y 4.000 euros en el recibo anual de IBI.
Para que el exarzobispo de Madrid se mude allí, cuatro sacerdotes han tenido que dejar la casa y trasladarse a otra vivienda.
Una cosa es venerar a Dios, y otra bien distinta, ser consecuente con con ello. Y que lo haga cualquier ciudadano, vale. Pero, no así para los que dicen proclamar la palabra de Dios y seguir sus pasos.
Y este mismo comportamiento se repite en cualquier estamento e institución que se dedica a servir a su pueblo, porque solo hay que ver el ejemplo que dan nuestros políticos y representantes.
Una farsa.
Todo es una patraña y una estafa, dedicada a explotar a las gentes y vivir como dioses.
El Catolicismo necesita y debería estar por encima de éstos personajes de pacotilla, que solo buscan su propio bienestar. Algo que se encuentra muy alejado de lo que Dios quiere transmitir, o de lo que la sociedad demanda a sus dirigentes. Pero, tampoco es menos cierto, que son este tipo de ciudadanos quienes hacen posible que todo funcione así.
Está claro, que si se elije el camino del bien, no será gracias a nuestros dirigentes espirituales ni sociales, sino por tu propia consciencia y civismo. Pero esto no evita el que siga existiendo esta plaga, que solo son un lastre para las buenas gentes.
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