Juan Carlos I: ¿comisiones del AVE a La Meca?
Siempre se habla de la separación de poderes y su independencia a la hora de tomar resoluciones.
Se habla del orgullo que supone ese logro en cualquier país ci-vi-li-za-do.
A los políticos en España se les llena la boca pronunciando estos discursitos de 'pacotilla', porque la realidad es bien distinta.
Se supone, que cuanto más alto se está en la 'pirámide' que conforma la estructura de una sociedad, mayor debe ser el compromiso con la ejemplaridad de los principios y valores cívicos que debe seguir toda persona de bien.
Sin embargo, en España (que es el caso) parece que el ejemplo que se quiere regalar al pueblo, es el de la corrupción, los trapicheos, el despilfarro, el 'todo vale', las mentiras, la irresponsabilidad, el sabotaje...
En esos principios ha querido crecer este país, por lo que no es extraño que no deje de rezumar mierda cada día, al no poder contenerse de tanta que se acumula.
El pueblo tampoco es que le importe mucho. Todo se olvida rápido. El comportamiento del ciudadano nada dista de los de 'arriba'. Y así, los años pasan y no dejamos de actuar y pensar de la misma manera (o peor) que antaño.
La historia no deja de repetirse una y mil veces, sin que nada cambie.
Se supone que los dirigentes, son personas que "desean contribuir a crear un futuro mejor para su país y sus gentes". Pero, ¿cómo lo van a conseguir, si no dejan atrás el fango y la podredumbre que corroe sus vidas?.
¿Cómo quiere el votante, que este tipo de dirigentes construyan un mejor futuro para todos?.
Es como decirle a un ladrón que vigile tu casa cuando sales.
Es como encomendar a un secuestrador o un violador, que cuide de nuestros hijos.
Es como fabricar armas, munición, vehículos de combate... y decir que se apuesta por la paz y el humanismo.
Es como si brota de un virus en un país asiático (Covid-19), o una crisis económica en EEUU (Lehman Brothers), y en lugar de tomar medidas cuanto antes "para contener el impacto", se toman para que el impacto sea el mayor posible.
Este es siempre el mismo cuento, pero seguimos sin cambiar ni un ápice. Debe ser que nos va la marcha.
Se critica mucho (y alegremente) el comportamiento de personajes que a lo largo de los siglos han escrito la historia de la humanidad, (siendo que en esas épocas la vida era completamente diferente a la de hoy), pero "lo que se sigue haciendo hoy" (con tanto estudios, sensibilidad e información como se posee) siendo totalmente vergonzoso y aberrante, resulta que no se repudia con la misma contundencia.
Hoy, se sigue violando, maltratando, creando pobreza y miseria, guerras, desigualdad... Y a todo eso SE LE PUEDE PONER NOMBRE Y APELLIDOS. Pero, ¿dónde están esos que critican épocas pasadas, y no son capaces de defender lo actual?.
¿Dónde están?.
Está claro que la razón de esto se esconde detrás de unos intereses partidistas. Eso les debe parecer muy digno.
Aquí tenemos a personajes importantes que son una vergüenza para la sociedad, pero no pasa nada.
La justicia solo tiene 'martillo' para los de 'abajo'. Y se pone la venda, para los de 'arriba'.
Tanta crítica, y "somos la peor sociedad de toda la historia", porque aún sabiendo y siendo conscientes de la verdad, elegimos seguir actuando como si no fuera así.
Somos la sociedad más hipócrita y penosa que jamás haya existido. Y cada año nos superamos más.
Comentarios
Publicar un comentario