Necesidad innata

Encajar las piezas de la Vida

Imaginar, descubrir y responder a tantos enigmas y maravillas, se hace casi una necesidad innata para el ser humano. Y es que somos seres filosóficos

Es decir, que nos gusta bucear por el conocimiento, hacer la interpretación más adecuada y emplear esos resultados en algo productivo y, a veces, si tenemos conciencia, hasta en algo positivo. 

Pensar en la razón de ser de la Vida, la Existencia y la Creación, es algo que invade nuestros pensamientos en un determinado momento, no pudiendo escapar ya de ello. 

Nuestras vidas transcurren como si nada importante (y más allá de lo que nos atañe de manera directa) estuviera pasando. La rutina diaria lo envuelve todo, y sin embargo, cosas increíbles e inimaginables están sucediendo a cada segundo, y de una magnitud inalcanzable; tanto a gran escala, como a pequeña. 

Ya no es que lo debamos saber todo, pero sólo el hecho de contemplar el sol, las estrellas, la luna, ...la lluvia, el viento, el mar, ...nuestras propias capacidades o la de las demás especies, así como la propia estructura interna... debería, al menos, llamarnos la atención y pensar que algo grandioso debe existir.  

Sin embargo, el tiempo pasa y va dejando una historia que se repite sin cesar, hasta que toca irse y dejar este mundo. Y una vez más, todo termina, sin comprender el porqué todo funciona como lo hace, o cuál es el motivo de ello. 

A mayor modernidad, en peores seres nos convertimos.

No es cuestión de saberlo todo. De hecho, ese empecinamiento es el que nos está llevando a la extinción. Bastaría con aprender a vivir en equilibrio con la Vida, y a saber respetar la naturaleza de su funcionar. Pero, cuánto más descubrimos, más nos empeñamos en hacer lo contrario. 

Pretendemos dominar todo lo que nos rodea y existe, sin reparar en que eso conlleva unas consecuencias determinantes y de gran peso.

La imaginación es algo muy poderoso que, junto con las ganas de conocer y saber, ofrecen la posibilidad de ver más allá de lo que la vista, y lo aprendido, nos permite.

Claro que no por ello va a ser fuente fidedigna de toda verdad, pero sí que nos ofrece un gran apoyo a la hora de la motivación y el aporte de ideas que ayudan a abrir la mente. Que ayudan a hacernos preguntas y plantearnos dudas a las que tener que hallar respuesta.

Y aunque todo esto no sirva sino para imaginar y preguntarse acerca de lo que somos y de lo que todo es; sí que debería ser una fuente que nos anime a pensar en ello.

Y es que, para la Vida, somos mucho más que los habitantes de un planeta y sus diferentes personalidades. Para la Vida somos una pieza más de su entramado, tanto como cualquier otro elemento que compone la Creación. Somos tan universo como todo lo demás.

Así que hasta que no aprendamos a mirar hacia ese aspecto y estar en sintonía con todo lo que nos rodea, nunca tendremos la oportunidad de evolucionar como seres vivos. Vamos, ni tan siquiera mejorar como personas. 

Todos deberíamos estar de acuerdo en que la Vida es algo maravilloso. Y si no lo es, no es por Ella, sino porque somos nosotros los que no hacemos lo correcto. Ni tan siquiera lo intentamos. Permitimos y alentamos la destrucción y el sufrimiento. 

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