Ser vida para la Vida
Lectura del santo Evangelio según San Juan 6, 51-58
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».
Disputaban los judíos entre sí:
«¿Cómo puede este darnos a comer su carne?».
Entonces Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».
/> Deberíamos prepararnos cada día y ser conscientes de la grandeza infinita de la Vida y de la Creación.
Aquí se nos dice que alimentemos nuestra sabiduría con la armonía de la Vida y el equilibrio con la Naturaleza.
Si así lo hacemos, seremos todo uno. La Vida nos saciará, como nosotros la saciaremos a su vez. Seremos conscientes de ello y ocurrirá que nos sentiremos siempre vivos. La muerte no será tal, sino una transformación hacia algo más grande y especial, para lo que nos hemos estado preparando desde siempre.
Alimentar nuestro pensamiento con las enseñanzas que la Vida nos regala, es el mejor pan y la mejor bebida que nos ayudará siempre a estar en reconciliación con la Creación.
Imagen: Muscat_Coach (Px)
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