Morir sin vivir
![Armonía de Vida Armonía y equilibrio](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7k87H6qXS5TT2cPcue6dfSlU3D8Ito-8XJUH8Zo51s85P4ZymIMxJSML5X1W4I0DelsgcCpuEMTxAd47BcQKPH6W-wUtrTfptik3a1fwj67RPgjaDKPm4ZhyphenhyphenZAqhepEblCjf833-4QjtMp-IsDMKH0h0QopSjWu0GL_A9U4zaNorxGqk6_Ck7JYskfHQ/w400-h266/13oct24.jpg)
La Vida solo necesita que "todo viva en armonía con Ella".
No hay que esperar a la muerte, o a la vejez, para darse cuenta de lo que debe ser importante, y de lo que no merece la pena sacrificarse.Se dice que "lo más difícil de la Vida, es vivir".
No.
Difícil la hacemos nosotros. Eso es lo más triste.
Entonces, ¿cómo es que damos tanta importancia a lo que no la tiene?.
Imagen: psaudio (Px)
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 10, 17-30
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:
«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?».
Jesús le contestó:
«¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».
Él replicó:
«Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud».
Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo:
«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme».
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:
«¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!».
Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió:
«Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».
Ellos se espantaron y comentaban:
«Entonces, ¿quién puede salvarse?».
Jesús se les quedó mirando y les dijo:
«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».
Pedro se puso a decirle:
«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».
Jesús dijo:
«En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones— y en la edad futura, vida eterna».
/> La humanidad se empeña en experimentar dos tipos de vida: la que creamos como sociedad, y que es a la que le solemos dar mayor importancia; con sus leyes, cultura, modas... Y la que nos viene dada por la Vida; y que no nos acordamos de ella, excepto cuando estamos en graves aprietos y la muerte nos acecha para alcanzarnos.
Es decir, que le damos mayor importancia a la vida que creamos y que sabemos que vamos a dejar un día, ya de ancianos o prematuramente; en la que procuramos estudiar y superarnos para alcanzar unas expectativas que la sociedad entiende y promueve como buenas, pero que, en realidad, son lo que nos enferma.
Y es curioso, cómo para la vida que se nos viene dada, y a la que sabemos que regresaremos después de morir, resulta que la ignoramos por completo. O, con suerte, pensamos en ella alguna vez.
Es curioso, como siendo la Vida de la que todo acontece, no le damos la importancia que se merece. No nos preparamos para ella. No estudiamos, ni nos profesionalizamos para cubrir sus expectativas.
Preferimos ignorarla, sin duda, por dos motivos:
Uno, porque ello conllevaría descubrir la verdad, y el tener que actuar de manera responsable.
Dos, por miedo.
Pues en esta lectura, lo que se nos viene a decir, es que la Vida no necesita de riquezas, modas, apariencia, estatus, materialismo. Eso solo es un invento de los grandes poderes terrenales, para llevar a la ciudadanía por donde quieren. Y, sobre todo, para que unos pocos vivan a costa de la inmensa mayoría.
¡Pues no!. Aquí no se nos dice nada de eso; y, sin embargo, es lo más importante para nosotros. Se nos va la vida en ello.
La Vida de la que venimos (y a la que regresaremos) no necesita de nada de eso. Es más, no le resulta ni de utilidad para su cometido.
Entonces, ¿cómo es que damos tanta importancia a lo que no la tiene?.
La Vida solo necesita que "todo viva en armonía con Ella".
Si esto es así, nada nos faltará; lo que es necesario se nos dará; lo que es importante lo veremos.
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