Pobreza (Sn. Agustín de Hipona)
San Agustín de Hipona
"Pobre no es el que tiene menos, sino el que necesita infinitamente más para ser feliz".
La Felicidad, como cualquier otro sentimiento o emoción, parte de nuestro interior. Con lo que para sentirnos "llenos de vida, satisfechos con lo que tenemos y somos", solo basta con sentirlo así por dentro.
Cuando a nuestro interior no se le otorga aquello que lo enriquece, da igual lo que acumulemos exteriormente, porque nada será suficiente jamás.
Pero, ¿si nuestro interior es enriquecido por aquello que nos pide; entonces, qué es lo que marca la sencillez de una felicidad plena, y lo complicado de una felicidad que nunca se ve saciada?.
La respuesta a esto, está en saber qué es lo que a nuestro interior considera "alimento", y qué no.
Y más allá de la sensibilidad necesaria que debemos albergar para captar el valor de todo sentimiento -debido a la educación recibida y cultura social-, lo que importa, es comprender el porqué de que a nuestro interior no le sirva todo lo 'positivo' que se le ofrece.
Si hacemos una similitud con la educación de los hijos; se puede ver, como el hecho de ofrecerles todos los caprichos y bienestar del mundo, salen mejor educados y preparados emocionalmente, que aquellos a los que se le da lo justo y necesario, o entre los que no reciben ni eso.
Todos son capaces de desarrollar unas capacidades y cualidades similares, y otras completamente diferentes; pero es en la gestión de sus emociones donde van a encontrar el equilibrio y el autocontrol sobre aquello que consideran importante para sus vidas. Y está claro que en la riqueza material, no sirve de base para la felicidad del ser.
Ricos y pobres anhelamos el que 'se nos quiera'. Que se nos valore; que se nos tenga en cuenta; que se confíe en nosotros; que se nos respete; que se nos considere una parte importante en la vida de los demás...
Por tanto, estamos hablando de calidad humana. Sin duda, todo lo que tenga que ver con esa cualidad, indiscutiblemente, será el mejor alimento para albergar una riqueza interior vasta y plena, que nos haga sentir la felicidad más auténtica. Y todo lo que nos aleje de ese concepto, lo hará también de la felicidad interior.
Comentarios
Publicar un comentario