Los recuerdos que duelen.
"El tiempo no borra, ubica". Por mucho que lo deseemos, nada queda borrado. De alguna manera, es como la información almacenada en los discos duros de un ordenador; solo se tapa bajo capas de otros datos. Eso, sí, hay que saber dónde buscar para encontrarla. Lo mismo ocurre con nuestros pensamientos, que nunca quedan borrados, solo son desplazados por otros, que no nos producen el mismo efecto. En principio, no existe nada que pueda con ellos. Y solo cuando existen pensamientos profundos y llenos de consistencia, es que consigue ese desplazamiento. Lo malo, es que un mínimo detalle que nos traslade a esos pensamientos desplazados, abren un canal directo al presente, donde se aparecen de nuevo. Intentamos taparlos, pero nos pueden. Por tanto, sabiendo que jamás se borrar y que, encima, pueden brotar a la mínima excusa; la única postura a tomar, para no quedar tocado, es no dejar nada a medias. Es decir, no dejar de ser uno mismo. Que nuestro carácter ...