Elegir si hacer lo que nos hacen, o actuar diferente.

Sartre
"Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron con él".
(igorovsyannykov/Pixabay)

- Siempre se dice que "hace falta una sociedad entera para criar a un niño".

Lo que dicta y enseña la sociedad, son valores que cada individuo recoge. Pero hay que ir a la niñez para comprender el verdadero lastre que hace fracasar a la humanidad.

Esta claro que lo que hacen con uno, marca lo que uno puede llegar a hacer.

Pero "lo que limita el poder llegar a elegir lo que ser y cómo ser, tiene su raíz en el tipo de amor que se le dio a conocer de pequeño".

Cuando se tergiversa lo que significa el Amor, lo que se consigue es limitar la percepción que hacemos de todo, negando la oportunidad de querer indagar si lo que se piensa y se hacen, es bueno o malo en realidad.

A los niños de la guerra, por ejemplo, se les ama alzando vítores por cada asesinato que cometen. Se les abraza, se les quiere y se les respeta, cuanto más asesinatos cometen.
Ese amor limita el que esos niños puedan preguntarse si lo que hacen está bien o mal, ya que ese es el amor que su comunidad les brinda y valoran. Eso es amor para ellos.

Tenemos también a aquellos a los que "se les da todo hecho".
Se les mima y se les hace ver una realidad que no existe. Por tanto, tampoco se les dota de ninguna herramienta interna que les ayude a madurar y a lidiar con lo que es la vida.
Para cuando crecen y se les exige que se comporten como adultos, ellos no saben hacerlo. Es lógico, nadie les ha enseñado la realidad. Ni están preparados ni para el bien, ni para el mal. No saben ser lo que se supone que deben ser.
Lo que se ha hecho con ellos no lo saben gestionar. Ni tampoco saben gestionar lo que ellos mismos quieren, porque no saben lo que quieren. Siempre se les ha dado todo hecho, y el mundo que se les enseñó era irreal. Así que entran en depresión, vicios, violencia, ...y se unen a cualquiera que vaya en contra de todo lo establecido y de por las narices.

Por contra, a los niños que se les enseña a respetar a los demás, a cuidar de los demás, a no discriminar, a ser comprensivos y justos; lo que se les está brindando son las 'herramientas' necesarias para siempre preguntarse si lo que hacen está bien o mal. Porque conocen la diferencia, gracias a esa educación que se les ha brindado, y pueden elegir su pensar y la manera de actuar.
Saben si son buenas personas o malas. No tienen límites.
Y esto es importante, porque, aunque lo que han hecho con nosotros nos marca, el amor que hemos aprendido, (del que brotan las herramientas necesarias), hace que sea posible elegir cómo queremos pensar y actuar. Esto, sin duda, marca el grado de felicidad y de fuerza interna que se disfrute. 

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