Dignidad
"El universo para Ulises" es el nuevo libro de Juan Carlos Ortega, que además de humorista, es escritor.
En concreto, este libro habla de las dificultades de la relación de pareja o como llevar la ruptura, cosa que no es nueva, pero él lo hace desde el punto de vista de Newton o Einstein, aplicando las reglas que rigen el Universo.
"Lo siento. Pero no te preocupes, el tiempo todo lo cura", es una de las frases que todos hemos oído, como para quitar importancia al hecho de que una pareja se separe y ayudar a verlo como algo común. Pero, la realidad nos dice que no es tan fácil. Al menos, eso indican las evidencias.
También se dice, ..."a ver si se arregla y seguís juntos", dando por hecho de que "el seguir juntos es lo mejor".
En este sentido, lo mejor siempre será, aquello que haga sentir a la pareja lo mejor posible; e independientemente de que sus vidas continúen por una misma senda o por separado.
Obstinarse en que algo 'funcione', obviando lo que perjudica la relación, es crearnos sufrimiento y amargura a diario. Y según lo que refleja sociedad, nada bueno trae este hacer.
Las personas deberíamos -ante todo- "querernos bien". Debería ser el principio básico por el que cualquier pareja decide serlo.
Esto significa, "desear en todo momento que la persona querida no se sienta mal por nuestra causa". De ser así, habría que encontrar remedio. Y si ello significa, no ser pareja, pues bienvenido sea; porque de amigos puede ser una relación completamente satisfactoria y plena, ya que no es tan fácil encontrar amigos "de verdad". Y si no es el caso, y cada uno va por su lado, pues "siempre será mejor tener una vida propia y verdadera, que una que no se quiere, o que destruye nuestro ser.
Pero, aunque esto es lo racional, optamos por insistir y resistir contra viento y marea; sin darnos cuenta de que ese mal se va decantando como lodo en un río, donde vamos quedando atrapados sin opción a movernos y ahogándonos un poco cada día.
Por supuesto que todos desearíamos poder convivir con una pareja de manera estable y fluida, y no sufrir el trance de una separación, que rompe el alma; ya que enamorarse trata de abrir nuestro interior y entregar todo aquello que uno es. Pero, por encima de eso, y por mucho dolor y tristeza que suponga, existe algo que supera a todo lo demás, y es sentir siempre un 'amor sano'. Y para ello no importa tener o no pareja, ya que ese amor lo damos a la vida entera. Es el primer gran amor que todo ser debería aprender a experimentar y llevar dentro el resto de su vida. Lo que conlleva un respeto y una responsabilidad, que siempre hará que busquemos lo mejor para todos.
[...] En el tema del sufrimiento que nos sobreviene al cortar con la pareja, me hace recordar en la película "El náufrago", donde su protagonista, Tom Hanks, sobrevive a un accidente de avión en una pequeña isla perdida del pacífico, de la que consigue regresar a los 4 años, y donde, lógicamente, la novia que dejó había rehecho su vida junto a otra persona, al creerlo muerto.
Ambos sufren un tremendo shock en el reencuentro, ya que deben asimilar el tener que vivir sus vidas sin ser pareja.
Entonces, él confiesa a un amigo que en la isla intentó suicidarse, (fruto de la desesperación), pero sin éxito. Entonces, comprendió que "ni siquiera eso podía controlar". Tenía que seguir respirando sin esperanza alguna de regresar, a lo que se aferró a la fotografía y recuerdo de su novia Kelly, y a un amigo imaginario, Wilson, para hacer su vida allí lo más llevadera, evitando enloquecer.
Diálogo:
“La lógica me decía que no volvería a ver este lugar de nuevo y eso es lo que hice, sobreviví, seguí respirando. Y un día esa lógica resulto estar equivocada porque la marea trajo una vela con que navegar. Y aquí estoy, de vuelta, en Memphis, hablando contigo, tengo hielo en mi vaso… Y he vuelto a perderla otra vez. Estoy muy triste por no tener a Kelly pero me alegro de que estuviera conmigo en aquella isla. Y ahora sé lo que debo hacer, seguir respirando, porque mañana volverá a amanecer y quien sabe que traerá la marea”.
Cuando se dice.. "el sol sale cada día", queriendo justificar que la belleza de la vida sigue, aunque no nos encontremos con el ánimo para verla, pero ahí sigue. Porque, guste o no, la Vida nunca para, y tampoco podemos apearnos de ella; por lo que de no acoplarnos, lo que ocurre es que se hace mucho más difícil de llevar.
Así, que como dice el actor: "hay que seguir respirando, porque mañana volverá a amanecer y quién sabe lo que traerá la marea".
Lo que pasa, es que, aún así, para muchos se les hace imposible.
Es decir, da igual la inmensidad e increíble belleza de la Vida, o que sean ciertas tantas frases filosóficas, que, aún y con todo, muchas personas seguirán optando por sacrificar sus vidas y las de aquellas que los rodean, a regalarse dolor y sufrimiento.
Es decir, da igual la inmensidad e increíble belleza de la Vida, o que sean ciertas tantas frases filosóficas, que, aún y con todo, muchas personas seguirán optando por sacrificar sus vidas y las de aquellas que los rodean, a regalarse dolor y sufrimiento.
Y es que solo existe algo que nos puede hacer comprender, en todo momento, el mejor camino a tomar y sin perder un ápice de fuerza o convicción: Dignidad.
La dignidad es aquella que nos dice: "¡para!", "¡ya está bien!", "¡por aquí no paso!", "esto no está bien"... Pero se suele confundir con el 'orgullo'. Lo que marca la diferencia y nos hace optar por la postura correcta, es la aplicación de la HUMILDAD. Ingrediente fundamental para que la dignidad o el orgullo no se vengan arriba, ni a bajo; solo que cumplan con 'su' cometido de indicarnos la cantidad de amor y entrega real que existe en cada momento.
Pues, es ésta 'verdad', la que marca nuestro andar; aportando el valor y la convicción necesaria a cada paso.
[...] Por ejemplo, se habla mucho de la "muerte digna".
[...] Por ejemplo, se habla mucho de la "muerte digna".
Una persona puede vivir dignamente durante toda su vida, "si es eso por lo que lucha", pero el problema viene cuando se está impedido para tomar decisiones, teniendo que aceptar las de otros o la de la justicia que rija en cada país.
Lo que deberíamos preguntarnos, es si "la persona que pierde la vida en cualquier situación, sin poder contar con los medios y atenciones precisas para salvarse, ¿muere dignamente, o no?".
Y por otra parte, si se encuentra 'conectada' a un aparato; o la que solo tiene actividad cerebral; o la que no la tiene; ...siendo, en todos los casos la necesidad de ser ayudada para absolutamente todo; sin salir de una habitación y reduciendo su vida a ver lo que los demás hacen con él/ella; ¿puede considerarse como una vida digna, o no?.
Y por otra parte, si se encuentra 'conectada' a un aparato; o la que solo tiene actividad cerebral; o la que no la tiene; ...siendo, en todos los casos la necesidad de ser ayudada para absolutamente todo; sin salir de una habitación y reduciendo su vida a ver lo que los demás hacen con él/ella; ¿puede considerarse como una vida digna, o no?.
Está claro que no debería existir dilema alguno.
La Naturaleza siempre actúa, si se le deja, claro. Y nuestra especie se empeña en mantener con vida a personas que 'no pueden sentirse vivas', y dejar morir a otras que están vivas, pero que no se les procura las ayudas ni medios necesarios que les permita "vivir".
Así que todo se reduce a negocio, hipocresía y falta de dignidad.
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