Trabajar menos, lograr más.
Trabajar menos, lograr más, es uno de los objetivos de las semanas laborales recortadas.
(Crédito: Jack Taylor/AFP/Getty Images). Ver noticia, aquí.
"Existen imperativos sociales, ambientales y económicos para cambiar la rutina normal", dice Anna Coote, directora adjunta del NEF. "Para la economía, es mejor esparcir a los trabajadores pagados en la población para reducir el desempleo y tener a menos personas con beneficios (asistencia social). Tendrías una fuerza laboral estable y comprometida, y existe evidencia en relación a que las personas son más productivas en una semana laboral más corta".
"Hoy en día, logramos hacer más en seis horas de lo que otras compañías equiparables hacen en ocho", escribió Maria Brath, directora ejecutiva del emprendimiento tecnológico Brath. "Creemos que esto viene con el alto nivel de creatividad exigido en esta línea de trabajo. Creemos que nadie puede ser productivo y creativo en ocho horas seguidas".
Opinión:
Para empezar, me gustaría trasladar este último comentario, no solo a los adultos, -que somos más fuertes y podemos hacer desarrollos 'más largos'-, sino, también a los niños, -ahora está tan en boga si es beneficioso o perjudicial mandarles tanta tarea para casa-, porque NI UNO, NI OTRO, RENDIMOS como sería de esperar.
Y no solo ésto, sino que obligarnos a emplear tantas horas de nuestra vida diaria a una misma cosa, termina por aburrirnos, apaga la creatividad y consume nuestras ganas de hacer.
Y es que, al igual que tenemos que afilar un cuchillo muy de vez en cuando, para que siga cortando perfectamente, los seres vivos tenemos que saber darnos el descanso y el asueto apropiado, para poder rendir al máximo nivel.
Por tanto, el problema no son las "40 o las 20 horas" de trabajo semanal, sino el incumplimiento de los contratos, donde te obligan a trabajar 10, 12 ..y 14 horas al día.
Queda muy bien eso de decir que "hay que equilibrar el tiempo que se trabaja con el tiempo de asueto y de descanso", pero en la práctica resulta odioso comprobar que todas las barreras se pasan, vulnerando todas y cada una de esas palabras.
Así que mientras "lo que se dice no se haga", todo será un engaño y una patraña.
Se supone que nuestros gobernantes disponen unas leyes para que se cumplan, pero son éstos mismos dirigentes los que permiten que se incumplan. Lo que significa, que lo que quieren es sacar todo el rendimiento posible, sin importarles el cómo. Es decir, sin importarles que el ciudadano reviente o sufra.
Así que ¿dónde está el verdadero problema?.
Pues eso.. Aunque, tampoco hay que olvidar que la reducción de las horas laborales tiene que tener un tope, ya que en el contexto social que vivimos, tampoco se trata de tener contratos de 20 horas semanales, porque ello supone trabajar solo 4 horas. Es decir, contratos de media jornada.
Así que si con esta medida lo que se pretende es contratar a dos personas por un bajo sueldo y una cotización de la mitad para cada uno, pueda que se emplee a más personas y el paro disminuya, pero para nada significa mejor calidad de vida, ya que tendremos que buscarnos otros trabajos que nos permitan tener una economía solvente para llegar a fin de mes o para poder cotizar, de cara a la jubilación.
Ya se dice que "el que hace la ley, hace la trampa", por lo que hay que tener cuidado.
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