Aristóteles: Educación y Hábitos
De ahí, la importancia de tener unos dirigentes (a todos los niveles y ámbitos de la vida) competentes, honestos y con la idea clara de "formar a su pueblo" convenientemente. Dotándolos de las herramientas necesarias para tal fin. Pensando siempre en mejorar y fortalecer la estructura social del país, presentes y futuras.
No es que con esto esté todo hecho. La sociedad tiene mucho que hacer.
Solo digo, que los que tienen la responsabilidad de formar a su pueblo y crear una estabilidad de futuro, (que para eso se prestan), tienen la obligación de, ante todo, dar ejemplo, y poner en práctica las medidas oportunas para que la sociedad adopte hábitos que la forme, prepare, fortalezca y crezca de manera saludable y próspera.
Lo que hoy vemos y padecemos, es el fruto, justamente, de ese trabajo. Y del que podemos decir, que "de hacerlo un poco peor, la guerra y sus miserias, llenarían nuestro día a día".
Lo que es una pena, ya que nuestra existencia se convierte en una pérdida de tiempo. En una rutina de trabajo, esfuerzo y dolor, sin más expectativa. Cuando sabemos, perfectamente, que somos capaces de muchísimo más.
Solo hacen falta "buenos capataces". De lo demás, nos sobra.
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