Einstein: La Maldad
La maldad solo es una forma de expresión más. Y como tal, influye en el carácter y define un tipo de personalidad.
Su fuerte, su valía y su capacidad para actuar, estriba, básicamente, en hacerse con un huésped y poder manifestarse a través de él. Y, lo contrario, de "no encontrarlo", se difuminaría y no existiría.
Por tanto, la maldad existe, porque le damos cobijo y alimento.
Es una elección que cada uno hace. Y, como en todo, somos libres para decir "si" o "no".
Es una cuestión de conciencia, de ética y de madurez.
No basta con decir que los que nos dirigen y educan permiten e instigan a que la maldad prospere. Para que eso ocurra, tenemos que dejar que eso sea así, aceptando ese camino sin poner objeción alguna.
Es cuestión de actitud: "abrir o no, la puerta a la maldad" y, por ende, a quiénes la llevan encima o le dan cobijo.
Elegir bien marca el Futuro.
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