Providencia o azar (Thornton Wilder)

17.3.12

Thornton Wilder - "El Puente de San Luis Rey"
"Hay una tierra de los vivos y una tierra de los muertos, y el puente que las une es el amor. Lo único que sobrevive. Lo único que tiene sentido".
El Amor es algo inmaterial, intangible, inexplicable... Sin embargo, es un don que nos permite sentirnos unidos a todo lo que existe. No importa que sea conocido o desconocido. Visible o invisible. 
Es una sensación que percibimos en nuestro interior. Como un sexto sentido. Como una premonición o antesala de un presentimiento. 
El Amor es un puente que une a toda energía, manteniendo a la Vida siempre fuerte y sin cambiar de propósito: "existir de la manera más constructiva". 
No importa si estamos aquí o si nos vamos, porque si existe el Amor, nunca dejaremos de estar unidos en el mejor sentimiento y la mayor energía. Ese puente es inquebrantable. 

17.3.12.1

[...] ¿Es la divina providencia la que rige nuestros destinos, o todo lo que nos acontece es puro azar?.

En la Vida, el componente o fuerza que destaca sobre las demás, es la energía. 
Gracias a ella, todo 'vibra' y baila bajo una coreografía precisa. Todo lo que nos acerque a ese compás, estará contando de la energía más positiva y constructiva. 
Pero ocurre también lo contrario, lo que se aleje y quiera ir a su ritmo, estará expuesto a un choque, desgaste y debilitamiento continuos. 

En otras palabras: si la mayor energía que pueda sentir el hombre, nos viene dada por el Amor, todo lo que nos aleje de ese sentir, nos debilita y consume. De tal manera, que no tiene porqué existir la providencia ni el azar, sino que la consecuencia directa de seguir lo que el amor nos dicta, hace que siempre coincidamos viviendo momentos y dándose sucesos en nuestra vida, como si pareciera ya escrito y predestinado

Una persona que se deja siempre llevar por el amor, cuando mira su presente y pasado, no dejará de sorprenderse por la suerte que ha tenido dando cada paso. Lo que no quiere decir que fueran fáciles o felices. 
Pero, por ejemplo, si esta misma persona decidiera a partir de un momento dado, no seguir dejándose llevar por el amor, sino actuar como mejor le conviene; a la larga, cuando examinara su presente y pasado, se daría cuenta de que ha ido de mal a peor. Pensaría en el porqué todo le sale mal y tiene tan mala suerte. Pensaría en la providencia y el azar, como al negativo hacia su persona, lanzando improperios y blasfemando contra el universo por estar en su contra. Cuando lo único que ocurre, es que al decidir marcar su propio ritmo y eludir el del resto del universo, se aparta él mismo de la fuente principal de energía que le sostiene. 

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