Elecciones, ¡y que siga el juego!.






Así comienza el texto:

"En España cualquiera que analice la situación económica, y en particular el mercado laboral, llega a la conclusión que los dirigentes políticos actuales, y los anteriores, les resbala la situación del desempleo. Da igual que hablemos del PP o del PSOE, se dedican únicamente a restregar la propaganda cuando los ciclos alcistas las cifras del desempleo mejoran, y se resignan a culpar a la herencia recibida, cuando los ciclos son bajistas." 


Y es que estamos en año electoral, y no dejamos de oír como unos defienden la gestión y el que España "va bien", mientras otros utilizan al parado como arma arrojadiza para indicar lo mal que se ha hecho. 

Pero, lo más hiriente y macabro de todo, es que son los mismos de siempre, los que han permitido que España nunca haya podido gozar de unas condiciones de ocupación buenas o satisfactorias, para un desarrollo y bienestar sólido o saludable. 


Siempre se ha sufrido el azote del paro y la inestabilidad, y para cuando no ha parecido ser así, es porque nos estaban engañando vilmente y robando a manos llenas. 

Sin embargo, el ciudadano olvida con facilidad parece, solo viendo (por miedo o inconsciencia) aquello que mejor parece que le va. 


La cuestión es, que si en el mundo los gobernantes dotaran a los pueblos de las herramientas y el conocimiento preciso, no existiría paro, desempleo, ni las diferencias tan grandes que existen, porque sus gentes dispondrían de los medios y el conocimiento para salir adelante. 

El problema que siempre nos encontramos, es que a los dirigentes les viene muy bien jugar con el desarrollo y futuro de los ciudadanos, porque eso les ofrece la ventaja de disponer de nuestras vidas para lo que gusten, ya que de otra manera, la gente cogería fuerza propia y no se dejaría engañar, doblegar, ni manipular al antojo de cualquiera. 

Y esto es lo que hay. El que quiera que lo vea, y el que no, pues bueno; seguiremos sufriendo las consecuencias entre toda la humanidad, sin más consuelo que la ignorancia, la resignación o el desconsuelo; según el caso. 

Y es que ya dice el dicho.. "no hay más ciego que el que no quiere ver", porque más muestras de lo manipuladores, desleales y mentirosos que la mayoría de dirigentes del mundo demuestran ser, ya no es posible. Y para los que quedan buenos, tampoco sirve de nada, ya que tienen que acatar y tragar con lo que se les dicta; lo que tampoco es para que se puedan sentir orgullosos de su labor. 



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