La humanidad no deja de fracasar
Cuando uno empieza a tomar conciencia de lo que supone la vida, se da de bruces con el doble criterio con el que los adultos administran la realidad y la verdad.
Si, se supone que debería existir una sola realidad y una sola verdad. Pero, lo cierto, es que los humanos forman a los pequeños retoños con teorías de cómo han de ser para convertirse en personas de bien y de provecho. Mientras que de adultos, en la práctica, lo que demuestran es algo totalmente contrario.
Esto produce todo tipo de alteraciones en los jóvenes, ya que se encuentran en la tesitura de cuál es la manera correcta de ser.
Al final, y como es de esperar, se suman al carro de la hipocresía, la apariencia y la competitividad; sin más principios que los que alimentan el ego y las vanidades.
Este comportar se repite, generación tras generación, haciendo que la humanidad sea incapaz de llevar a cabo su obligado proceso evolutivo. Y no solo por nuestro bien, que también, como es lógico; sino por responsabilidad y respeto a todos y cada uno de los procesos y elementos que han tenido que contribuir hasta nuestra aparición.
Y como buenos humanos, diremos... "nadie les obligó a ello".
Graso error. Como siempre, solo se piensa en lo que nos va bien para uno, cuando lo que deberíamos es pensar como conjunto y de manera universal.
Si, se supone que debería existir una sola realidad y una sola verdad. Pero, lo cierto, es que los humanos forman a los pequeños retoños con teorías de cómo han de ser para convertirse en personas de bien y de provecho. Mientras que de adultos, en la práctica, lo que demuestran es algo totalmente contrario.
Esto produce todo tipo de alteraciones en los jóvenes, ya que se encuentran en la tesitura de cuál es la manera correcta de ser.
Al final, y como es de esperar, se suman al carro de la hipocresía, la apariencia y la competitividad; sin más principios que los que alimentan el ego y las vanidades.
Este comportar se repite, generación tras generación, haciendo que la humanidad sea incapaz de llevar a cabo su obligado proceso evolutivo. Y no solo por nuestro bien, que también, como es lógico; sino por responsabilidad y respeto a todos y cada uno de los procesos y elementos que han tenido que contribuir hasta nuestra aparición.
Y como buenos humanos, diremos... "nadie les obligó a ello".
Graso error. Como siempre, solo se piensa en lo que nos va bien para uno, cuando lo que deberíamos es pensar como conjunto y de manera universal.
La Vida no gira a nuestro alrededor, pero tampoco es que sea independiente de nosotros.
Todo lo que existe, guarda una estrecha relación entre sí.
La cuestión, es que si somos tan universo como lo es cualquier otro elemento, ¿cómo puede ser posible, -y con los dones que tenemos-, que nos comportemos como seres miserables, sin oficio ni beneficio para con todo lo demás?. ¿Acaso, somos los reyes del mambo o, por otro lado, los seres más ingratos, desagradecidos y malvados que existen?.
Tenemos conciencia, capacidad de raciocinio, sentido del Bien y el Mal, talento, inteligencia, calidad emocional, fuerza interior, valentía, sentido del compromiso, ... ¿Entonces..., qué falla?.
Pues resulta, que nada de eso puede tener la oportunidad de crecer y desarrollarse de manera responsable y adecuada, si no se le añade los ingredientes principales:
Humildad, Prudencia y Respeto.
¿De qué sirve disponer de tanto talento e información, si no sabemos administrarlo ni darle el uso conveniente?.
La humanidad no sabe ser agradecida, porque basa su existencia en la competitividad, la apariencia y el postureo.
Nadie quiere la verdad, porque eso contrae controversia y replanteamientos del propio carácter interno.
Todos somos como somos, y a nadie le gusta cambiar. Sobre todo, cuando el que lo debe hacer uno mismo.
Todos deberíamos tener la humildad suficiente, como para saber valorar todo lo que existe, y de la manera que lo hace. Y esto solo se consigue mostrando respeto, esmero y gratitud.
La vida no consiste en conquistas, sino, en saber ser agradecido y colaborar en su equilibrio.
La sostenibilidad y el buen desarrollo, -aplíquese al ámbito que sea-, solo necesita de la humildad, para saber poner el punto adecuado de gratitud y respeto a la vida. Y esto, es más que suficiente sentirnos los seres más afortunados, llenos de plenitud y alegría.
Entonces, ¿cuál es el motivo que nos hace apartar este concepto, de nuestra enseñanza y actitud frente la vida?. Y más, cuando eso nos enriquece y llena de felicidad y paz, al poder convivir cada día con las emociones que regala.
La vida no consiste en conquistas, sino, en saber ser agradecido y colaborar en su equilibrio.
La sostenibilidad y el buen desarrollo, -aplíquese al ámbito que sea-, solo necesita de la humildad, para saber poner el punto adecuado de gratitud y respeto a la vida. Y esto, es más que suficiente sentirnos los seres más afortunados, llenos de plenitud y alegría.
Entonces, ¿cuál es el motivo que nos hace apartar este concepto, de nuestra enseñanza y actitud frente la vida?. Y más, cuando eso nos enriquece y llena de felicidad y paz, al poder convivir cada día con las emociones que regala.
Imagen 1: vait_mcright (Px)
Imagen 2: PCB-Tech (Px)
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