Hay un tiempo para todo
Todo tiene su momento y su tiempo [sin prisa, pero sin pausa]
Lectura del libro del Eclesiastés 3, 1-11
Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo:
Tiempo de nacer, tiempo de morir;
tiempo de plantar, tiempo de arrancar;
tiempo de matar, tiempo de sanar;
tiempo de destruir, tiempo de construir;
tiempo de llorar, tiempo de reír;
tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar;
tiempo de arrojar piedras, tiempo de recogerlas;
tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse;
tiempo de buscar, tiempo de perder;
tiempo de guardar, tiempo de arrojar;
tiempo de rasgar, tiempo de coser;
tiempo de callar, tiempo de hablar;
tiempo de amar, tiempo de odiar;
tiempo de guerra, tiempo de paz.
¿Qué saca el obrero de sus fatigas? Comprobé la tarea que Dios ha encomendado a los hombres para que se ocupen en ella: todo lo hizo bueno a su tiempo, y les proporcionó el sentido del tiempo, pero el hombre no puede llegar a comprender la obra que hizo Dios, de principio a fin.
/> Vivimos preocupados porque las cosas no son, ni ocurren como queremos.
Nos desvivimos por dar un sentido a todo, que tampoco lo tiene.
No somos capaces de diferenciar lo que queremos, de lo que ES. Siendo que el gran desconocimiento e ignorancia, nos impide hasta rectificar y ser de otra manera, más útil para la Vida y nosotros mismos.
Nos creemos tan sabios, tan capaces e importantes, que, queriendo o sin querer, imponemos a la Vida su tiempo y su momento, sin pensar un instante, en que somos 'herramienta' de la Vida, y no al revés.
El humano llega a ser tan terco y engreído, que se ciega en dar importancia a lo que no la tiene; y así construye el mundo en el que vive: lleno de miserias, mentira, sufrimiento, vanidad, violencia, dejadez, impotencia, destrucción, avaricia, desigualdad, discriminación, injusticia. Todo esto es real.
Mientras que, por otro lado, a sabiendas de que es el Bien lo que nos hace crecer y conectar con la Vida; procuramos añadir unos toque de color: derechos humanos, justicia social, ayuda a los pobres, trabajo, leyes y normas cívicas; derecho a la vivienda, al trabajo, a la alimentación, a la conciliación familiar y al descanso; derecho a una vida digna y a una existencia sana y fructífera. Todo esto es irreal.
Y lo es, porque le dedicamos una importancia mínima a que eso sea posible; solo lo suficiente como para que sintamos que estamos haciendo las cosas bien, y que no merecemos nada de lo que nos viene de malo.
Pero no olvidemos que la primera parte se corresponde con la realidad de lo que somos y de lo que hacemos. Mientras que la segunda, es solo la apariencia de lo que sabemos que deberíamos hacer y ser, pero que por nuestra incapacidad para ser humildes y verdaderos, nos comportamos como tramposos, que solo buscan el aparentar que hacemos las cosas bien, y que somos buenas personas. Y no es así para nada.
Esto es vivir siendo un 10% de lo que deberíamos ser y no somos, frente a un 90% de lo que no deberíamos ser, pero que sí somos.
En la Vida, todo tiene su momento y su tiempo: pretender cambiar esto o no quererlo ver, es perder (como individuos, sociedad y especie) nuestro momento y nuestro tiempo.
Y está claro, que hasta que el hombre no se decida a respetar la Vida y su ley, será imposible que el conocimiento se abra ante nosotros, y podamos existir de una manera real y plena.
"Todo tiene su momento y su tiempo"...
¿Cuántas cosas hacemos mal, y que nunca se van a poder revertir?.
El cerebro humano, tarda en crecer y desarrollar su potencial, entre los 25 y 30 años.
Sólo ese dato, nos indica la cantidad de enfermedades y patologías del carácter, la personalidad y el pensamiento, que se dan, cada vez con mayor frecuencia.
Siendo, como es, el órgano más importante de nuestro cuerpo, que lo rige todo: ¿cómo podemos ser capaces de pretender que crezca y se desarrolle en un periodo de tiempo que no se corresponde, ni ofrecerle los momentos propicios para ello?.
Es una absoluta locura.
Es muy triste que, canto más sabemos, no se haga nada para cambiar y hacerlo bien.
Tanto que la medicina sabe acerca de los ciclos circadianos, por ejemplo, donde el dormir "por la noche" es primordial para las funciones que debe realizar el cerebro mientras duerme, y que no puede realizarlas en ningún otro momento; ¿se siga permitiendo los turnos de noche?.
Esto es solo un ejemplo de lo poco coherentes y sensatos que somos. Pero después nos extraña la cantidad de enfermedades que sufrimos, y que llegan hasta producir la muerte prematura.
Insensatos, se nos queda muy corto.
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