Ser coherentes
Dar un sentido coherente a todo lo que pensamos y hacemos
Lectura del santo evangelio según san Lucas 5, 33-39
En aquel tiempo, los fariseos y los escribas dijeron a Jesús:
«Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber».
Jesús les dijo:
«¿Acaso podéis hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el esposo está con ellos?
Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, entonces ayunarán en aquellos días».
Les dijo también una parábola:
«Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque, si lo hace, el nuevo se rompe y al viejo no le cuadra la pieza del nuevo.
Nadie echa vino nuevo en odres viejos: porque, si lo hace, el vino nuevo reventará los odres y se derramará, y los odres se estropearán.
A vino nuevo, odres nuevos.
Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: “El añejo es mejor”».
/> Aquí se nos dice que "hay que cuidar del Bien mientras se tiene, que hay que compartirlo y agasajarlo; y estar alegres por ello". Cuando no exista ni lo tengamos, la tristeza nos inundará y será entonces cuando haremos ayuno para que regrese y nos llene de alegría, mientras lo extrañamos profundamente.
Todo en la vida tiene su costo. Tiene su esfuerzo y valor.
Por esto, si tenemos el Bien (algo bueno y sano), debemos cuidarlo, compartirlo y ofrecerle lo mejor de nosotros, y así no perderlo. Que se quede con nosotros lo más posible.
Cuidar del Bien y ser partícipes de esa alegría. Así deberíamos ver a la Vida y a todo lo que contiene. No dejar que todo se pierda sin más, y pretender después, que todo regrese sin más.
Imagen: mystraysoul (Px)
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