¿Mayor civismo después del confinamiento?


24.5.20

[...] - ¿Es optimista con la vida después de esta crisis?

- No tengo esperanza con que esto nos vaya a cambiar. Somos tan burros que no sé si saldremos mejores. La gente que era buena lo seguirá siendo y los imbéciles, hijos de puta e irresponsables, también.


¿Acaso hemos cambiado alguna vez?.

Seguimos votando, apoyando y enriqueciendo a una clase política que no ha hecho más que empobrecer al país cada vez más y recortar derechos. 
Llenan las arcas más que nunca, y lo emplean en las grandes compañías y 'grandes proyectos', donde ninguno de ellos tiene que ver con la mejora de la calidad de vida y un futuro mejor para su pueblo, pero ahí sigue el votante creyendo en sus mentiras y excusas. 

Aquí solo se presta atención a cambiar, cuando la muerte nos coge del cuello y no quiere soltarnos (da igual la clase social, el linaje, el género o la raza). En esos momentos, se quiere pedir perdón y dar los mejores consejos a los que aquí quedan. Se piden ruegos y clemencia al cielo, mientras las lágrimas no cesan. Pero, si por un casual se sale de eso, no llega ni a un año, que se vuelve a ser la misma escoria de antes, o la misma buena gente de siempre. 
Como bien dice Ana, el que es buena persona lo seguirá siendo, y el que no, (por lógica), se hará peor gentuza.

Lo que hay que tener claro, es que (en el 99% de los casos) nadie cambia
Solo la gente que cada día muestra que su calidad humana es buena, son los únicos que avanzan en ese sentido. Pero, ¿cuánta gente conocemos con una aceptable calidad humana?. 
¿Cuánto es lo mínimo que se ha de tener de calidad humana para ser considerado como 'aceptable'?.

Está claro que solo hay dos posturas: el que se mantiene dentro de los límites del Bien, y el que supera esa demarcación y nada entre las dos aguas del Bien y el Mal. 
Cuanto más nos alejemos del Bien, peor calidad humana se tendrá. Pero, el simple hecho de salir fuera de los límites de lo que supone el Bien, ya es algo que nos convierte en peores individuos. 

Por lo general, los de "arriba", menos calidad humana suelen tener. Sus principios y escala de valores es fácil que estén desvirtuados. Lo que no significa que los de "abajo" sean mejores; les ocurre lo mismo, aunque sus motivos para ellos son otros. 
Lo lógico, es que cuanto más arriba, mejor debiera ser el comportamiento y la calidad humana, pero para nada es así. Esto demuestra que es cuestión de conciencia cívica. Y como esto no existe, o casi ni existe, lo lógico es que la gente no pueda permitirse el lujo de hacerse mejores personas. 
Siempre se irá a peor. Siempre a peor. Y así vamos, claro.

Así que da igual el coronavirus, la pandemia, las miles de muertes, que se muera el vecino de enfrente, un familiar, que se de un rebrote y continúe la escalada de fallecimientos... que si uno está bien, o escapa de la situación que sea; seguiremos siendo exactamente lo mismo que siempre, antes, durante y después del confinamiento. 

Eso sí, cada cual seguirá mejorando con lo suyo. En la superación está el reto. El estercolero que es la sociedad es la imagen más nítida de ello. 

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