Perdóname: una 'moneda de dos caras'


30.5.20.2
[...] «Perdóname» no es una palabra cualquiera; de hecho, es el ingrediente mágico para que cualquier relación funcione. Decía Gandhi que el perdón es el atributo de los fuertes, porque de algún modo, pronunciar estas palabras en voz alta requiere de grandes dosis de valentía, humildad y fortaleza de carácter para asumir los errores o agravios cometidos.

El problema, es que el hombre todo lo desvirtúa. 

No se puede estar pidiendo perdón todo el tiempo, cuando lo que realmente importa es ser responsables, y así no tener que estar continuamente dañando a los demás y siendo una fuente de problemas. 

De nada sirve pedir perdón, cuando lo utilizamos como llave maestra con la que nos libramos de todo; porque lo único que se está mostrando con ello, es una falta tremenda de valor, conciencia y civismo; al tiempo que se deja claro que nada importa. Este tipo de gente solo viven para ellos. Bueno, en realidad, ni para ellos; ya que una persona que no entrega respeto y responsabilidad hacia los demás, no es nada. Y ese vacío solo se llena de miedos, angustia, rabia y celos. 

Por tanto, el perdón no solo debería ser algo único y extraordinario, sino también, un poderoso tesoro que proteger, ya que nos permite albergar la dignidad como personas. Por lo que hay que tratarlo con mucho cuidado, humildad y prudencia. 

El mal uso, solo lo deja como una mentira más o una excusa barata.

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