No somos perfectos, ni lo intentamos
Paulo Coelho
"Nacimos para cometer errores, no para fingir ser personas perfectas".
Bueno, el solo hecho de conseguir ser "persona", ya es todo un logro excepcional.
Ser persona, significa tener conciencia del bien y el mal, y elegir, por encima de todo, el Bien como modelo de crecimiento y desarrollo personal.
Esto no es nada fácil, ya que la sociedad y los valores que defiende, nada tienen que ver -muchas veces- con el uso y puesta en práctica de ese tipo de conciencia. De ahí, precisamente, que el fingir, la hipocresía, la falsedad, la apariencia y la mentira; sea lo que abunda en esta sociedad cada vez más.
Nuestra conciencia sabe lo que está bien, pero hacerle caso a ella, significa estar en contra de lo que la sociedad impone e impulsa como modelo de triunfo y satisfacción personal. Es por ello que se premia el mal; se le da una palmadita en la espalda, se le ovaciona, se le condecora y lanzan vítores en su honor.
Y, claro está, querer que la sociedad mejore con esa base, no es que sea una tarea difícil, sino imposible.
Así que para empezar, el "ser persona" es algo fundamental, y el mundo carece de esta cualidad humana, porque no es valorada como debe. Al contrario, ser persona te convierte en bicho raro, decadente; donde la exclusión está garantizada.
Y en este contexto, es lógico dar la razón al enunciado de la cita, ya que ello garantiza la tranquilidad de una conciencia que nos atormenta.
Es fácil más asimilar una mentira que sirve de refugio a nuestra mala conciencia, que una verdad que solo nos trae lucha y tormento por no hacer lo que se debe.
Por tanto, no se nace para cometer errores, ni para fingir nada. Eso supone un error en sí mismo. Se nace para mejorar y evolucionar.
Y claro que se cometen errores, pero no en base a errar por costumbre y cultura, sin obedecer a lo que ya se sabe. Esto no le ocurre a ningún otro ser vivo, excepto al hombre. Porque el hombre, a pesar de tener el conocimiento y la información que durante toda su historia ha ido acumulando, resulta que hace caso omiso -por puro gusto- y repite los mismos errores de manera infinita.
Tanto es así, que la sinrazón y la falsedad crece más rápido que la propia ignorancia; y claro, normal que la humanidad está cada vez más perdida y sola.
Hoy, donde la ciencia logra estudiar la Vida, podemos ver como todo lo que tiene que ver con ella, nace, se desarrolla y 'muere'; basando su existencia -desde el inicio-, en recoger, acumular y compartir información. Eso les permite ir encontrando el mejor equilibrio, e ir evolucionando con cada paso.
El hombre, sin embargo, sigue empeñado en no salir del fango.
Su egoísmo, egolatría y gusto por la dominación sobre lo que pisa o le rodea; impide que pueda desarrollarse en equilibrio, y mucho menos, el evolucionar.
Esto significa, que si el hombre compartiera todo lo que sabe del Bien, lo transmitiera a cada generación, y cada una de ellas hiciera lo propio con la siguiente, podríamos asegurar que los únicos errores que se cometieran serían fruto de una búsqueda sana del Bien. Aprender de ellos y no perder ese principio de acción, garantizan una existencia del ser humano y de la Vida en general, no perfecta, pero sí óptima.
De eso trata la Vida. Pero es algo que no queremos tener. Nos consolamos diciendo que no somos perfectos y que todos cometemos errores. ¡Claro que sí!.
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